UNO NO APARECE.

Lectura de estudio: Génesis 42:13-17.

13 Y ellos respondieron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y otro no parece. 14 Y José les dijo: Eso es lo que os he dicho, afirmando que sois espías. 15 En esto seréis probados: Vive Faraón, que no saldréis de aquí, sino cuando vuestro hermano menor viniere aquí. 16 Enviad a uno de vosotros y traiga a vuestro hermano, y vosotros quedad presos, y vuestras palabras serán probadas, si hay verdad en vosotros; y si no, vive Faraón, que sois espías. 17 Entonces los puso juntos en la cárcel por tres días.

Lea Génesis 42:13 ¿Cómo debió sentirse José cuando escuchó esto?

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José deseaba saber cómo estaba su padre y su hermano Benjamín, y al tratar a sus hermanos como espías, logró que ellos le dieran la información que él requería. Lo que tal vez les trajo malos recuerdos, fue cuando ellos le dijeron “somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán, el menor está hoy con nuestro padre, y el otro no aparece”, estas palabras lo llevaron hasta Dotán, en donde sus hermanos lo despojaron de la túnica de colores y lo echaron en una cisterna vacía; mientras insensibles se sentaron a comer. Génesis 37:16-28. De la cisterna José salió para ir a Egipto como esclavo, esto pasó como una película en la mente de él, pero lo más duro, tal vez fue cuando escuchó: “el menor está con nuestro padre y el otro no aparece” ¿Cómo se sentiría José al oír hablar así a sus hermanos? Creo que es entendible la forma áspera como les habló a sus hermanos, al repetirle varias veces “ustedes son espías”.

Lea Génesis 42:15-17 ¿Qué otra amenaza hizo José a sus hermanos?

José les dijo a sus hermanos: sino traen a su hermano menor no saldrán de aquí, desde luego que la amenaza no era cierta, José no iba a hacerle daño, él no era un hombre de odios, tampoco estaba resentido con ellos, ni les guardaba rencor, los hijos de Dios no almacenan odio, si alguien los ofende, perdonan. Lo que sus hermanos le hicieron fue muy doloroso; lo privaron de su casa, de su padre, de su hermano, le quitaron su túnica y lo arrojaron a una cisterna para que se muriera de hambre y sed. Gracias a Dios Judá lo libró de la muerte convenciendo a sus hermanos que mejor lo vendieran a los ismaelitas. Todas esas injurias las perdonó José a sus hermanos. Ahora como gobernador de Egipto tenía todo el poder para vengarse de ellos, pero no lo hizo porque las personas buenas no hacen daño, solo los mandó tres días a la cárcel, para que reflexionaran por el daño cometido, se arrepintieran, y se volvieran a Dios.