TENIENDO SUSTENTO Y ABRIGO.

Lectura de estudio. 1 Timoteo 6:8-9.

8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 9 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;

¿Cómo puede alguien ser feliz solo con sustento y abrigo?

El corazón humano es difícil satisfacerlo porque no se conforma con nada, siempre está ansioso de poseer algo diferente. “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: de cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de los cielos”. Mateo 19: 23-24.NVI. Jesús no está hablando aquí de los ricos como Abraham, Job y otros, a estos grandes hombres de la Biblia no les estorbo el dinero para dar el primer lugar al Padre celestial, sino de aquellos que anteponen primero su búsqueda de bienes, trabajo y actividades, antes que, a Dios, estos no aman al dueño de la plata y del oro, Hageo 2:8, sino las cosas, que el Todopoderoso creó.

El cristiano debiera ocuparse de buscar el reino de Dios y su justicia y Él se encargará de suplir todas las necesidades básicas que requiera para la vida. Mateo 6:33. Pablo enseña a Timoteo que el siervo de Dios no debe ser ambicioso, sino estar contento teniendo sustento y abrigo. Pablo no habla aquí de los que son ricos, sino de los que quieren enriquecerse, y que, por su deseo desesperado de poseer bienes materiales, se distraen del camino de salvación, olvidando servir a Dios para servir al dinero. Jesús no condena las riquezas, pues estas no son malas en sí mismas, lo que el Señor condena es el amor a las riquezas, porque el amor a las riquezas se interpone al amor que debemos tener a Dios. “Nadie – dijo Jesús – puede servir a dos señores, pues menos preciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas”. Mateo 6: 24.NVI. La gente se afana por conseguir riquezas materiales que en nada aprovecha, porque, aunque llenan las bolsas de dinero, no traen paz al alma. Filipenses 4:6-7.

Para meditar y reflexionar.

¿Por qué los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchas codicias necias y dañosas? ¿Por qué el dinero, si cae en un corazón no santificado, puede ser la causa de su perdición?