Lectura de estudio: Génesis 50:12-14.
2 Hicieron, pues, sus hijos con él según les había mandado; 13 pues lo llevaron sus hijos a la tierra de Canaán, y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, la que había comprado Abraham con el mismo campo, para heredad de sepultura, de Efrón el heteo, al oriente de Mamre. 14 Y volvió José a Egipto, él y sus hermanos, y todos los que subieron con él a sepultar a su padre, después que lo hubo sepultado.
¿Qué demuestra que los hijos de Jacob lo sepultaran en Canaán?
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Pablo escribió: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo”, y luego agrega: “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”. Efesios 6:1-2. Jacob no quería ser enterrado en tierra egipcia, el deseaba descansar a lado de sus padres, al cumplir José y sus hermanos lo que Jacob les había ordenado, en realidad estaban obedeciendo el quinto mandamiento de la ley de Dios. Éxodo 20:12. Todos los hijos de Jacob fueron a sepultarlo unidos y en armonía (50:13), lo mismo pasó con Isaac e Ismael, los dos fueron a enterrar a su padre Abraham (25:9), así también sucedió cuando murió Isaac, sus hijos, Esaú y Jacob lo sepultaron (35:29). Las enemistades, los pleitos, el odio y las rencillas familiares fueron dejadas a un lado, y juntos los doce hermanos sepultaron a su padre, así terminó la vida de Jacob el hombre que luchó con Dios y con los hombres y venció (32:28), el hombre que Dios modeló su carácter a través de muchas vicisitudes.
¿Cómo relata el v.14, el regreso de José y sus hermanos a Egipto?
Se acabó Jacob, sus hijos tristes y cabizbajos se regresaron a Egipto, porque la vida debe continuar. La muerte de un padre duele, pero debemos aprender a cerrar ciclos. “olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta” Filipenses 3:13-14. Todo lo que tenemos en esta vida es pasajero, nuestros padres, nuestro cónyuge, nuestros hijos, las propiedades, el dinero y cualquier otra cosa material que hayamos adquirido en esta tierra se acaba. Por eso debemos trabajar por obtener lo eterno como lo hicieron los héroes de la fe, ellos buscaron una patria mejor, anhelaron la Canaán celestial, en donde todo lo que nos lastima y nos hace llorar terminará (Hebreos 11:9-16). En la tierra nueva, no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor porque las primeras cosas pasaron. Apocalipsis 21:4. Nosotros tenemos una esperanza, por tal razón no debemos entristecernos como los que no tienen a Cristo.