SE ACORDÓ JOSÉ DE LOS SUEÑOS.

Lectura de estudio: Génesis 42:6-9.

6 Y José era el señor de la tierra, quien le vendía a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos de José, y se inclinaron a él rostro a tierra. 7 Y José, cuando vio a sus hermanos, los conoció; más hizo como que no los conocía, y les habló ásperamente, y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán, para comprar alimentos. 8 José, pues, conoció a sus hermanos; pero ellos no le conocieron. 9 Entonces se acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: Espías sois; por ver lo descubierto del país habéis venido.

¿Qué hicieron los hermanos de José cuando estuvieron frente a él?

Sus diez hermanos estaban ahora frente al señor de la tierra, el texto hebreo dice: “José era el gobernador del país; él era el proveedor de toda la gente de la tierra”, debe entenderse “como toda la tierra” a las naciones que venía a comprar alimento; en particular a la gente de Canaán. Cuando sus hermanos llegaron se “inclinaron al él rostro a tierra”, la Biblia hebrea dice: “los hermanos de José llegaron y se postraron ante el con sus rostros a tierra”, esto incluye una prosternación total, sus manos y sus pies tocaron el suelo. Cuando José les contó sus sueños a sus hermanos, estos le dijeron: ¿Reinarás tu sobre nosotros, o dominarás sobre nosotros? Y su padre le dijo: ¿Acaso vendremos yo, tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? (37:6-10). Solo diez de sus hermanos se habían postrado ante José, pero faltaba Benjamín que al final lo hizo, ahora si los once se inclinaron ante José. (43:26)

¿Qué significan las palabras se acordó José de los sueños?

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Cuando José vio a diez hombres postrados a sus pies, no vio personas extrañas, el “vio a sus hermanos”, estos no lo reconocieron pues creían que José era un esclavo en la casa de un egipcio pudiente y no imaginaron que su hermano al que vendieron por veinte monedas de plata (37:28) fuera ahora el gobernador de Egipto. Además, José se vino muy joven, ahora tenía treinta años, vestía elegante y su apariencia era la de un alto dignatario egipcio y no la de un pastor israelita. Cuando José vio a sus hermanos postrados hasta el suelo, se acordó de las once estrellas que se inclinaban hacia él y de las once espigas que se inclinaban a la de él, les hablo ásperamente, e hizo como que no los conocía, los trató de espías, los cuestionó y los hizo sentir mal un buen rato. Por sus sueños José fue despojado de su vestido de colores, echado en cisterna y amenazado de muerte, finalmente fue vendido a los madianitas como esclavo, pero después de experiencias amargas en Egipto, los sueños que lo llevaron como esclavo a Egipto, lo convertirían en gobernador de aquella nación.

¿Qué llevó a José – aparte de la ayuda de Dios – a convertirse en el príncipe de Egipto? ¿Qué aprendizaje podemos sacar todos, especialmente los jóvenes, para alcanzar los sueños a pesar de las dificultades que nos sobrevengan?