SAL AL CAMPO Y TRÁEME DE TU CAZA.

Lectura de estudio: Génesis 27:1-4.

Aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él respondió: Heme aquí. 2 Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte. 3 Toma, pues, ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo y tráeme caza; 4 y hazme un guisado como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré, para que yo te bendiga antes que muera.

¿Cómo quedó Isaac al final de sus días? ¿Por qué llamó a Esaú?

El relato nos ubica en el tiempo de los últimos días de la vida de Isaac, “sus ojos se oscurecieron quedando sin vista” (27:1). El autor dice que llamó a Esaú su hijo mayor, el primogénito, el heredero de la bendición patriarcal, el mismo Jacob sabía que la primogenitura era de su hermano Esaú por eso le dijo: “véndeme este día tu primogenitura” Génesis 25:31. Preocupado le dijo: hijo mío, ya soy viejo, y no se cuando voy a morir, el patriarca sabía que la bendición se daba al primogénito, tal vez, ignoraba lo que Dios había dicho a Rebeca. Génesis 25:22-23.

¿Qué le pidió Isaac a Esaú? ¿Qué iba hacer el patriarca después que comiera de su caza?

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Isaac tal vez nunca supo que su hijo mayor había vendido y despreciado la primogenitura. El patriarca llamó a Esaú para que tomara sus armas de cacería, saliera al campo, le trajera de su caza y le hiciera la comida que a él le gustaba. Las palabras “y hazme el guisado que a mí me gusta” lo confirma, después de comerla, Isaac bendeciría a su hijo mayor. Esaú se fue al campo para buscar la caza que le había pedido su padre.

Lea Génesis 25: 31-34, ¿Cómo hubiera procedido Isaac, si se hubiese enterado, que Esaú había vendido y despreciado la primogenitura?