REDIMIRÁS AL PRÓJIMO.

2016445_univ_lsr_lg

Lectura para profundizar. Éxodo 13:12-13.

2 dedicarás a Jehová todo aquel que abriere matriz, y asimismo todo primer nacido de tus animales; los machos serán de Jehová. 13 Mas todo primogénito de asno redimirás con un cordero; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. También redimirás al primogénito de tus hijos.

¿Qué debía hacer Israel cuando entrara a la tierra de Canaán?

Dios ordenó a Moisés que todo primogénito varón debía ser consagrado a Jehová. Todo aquel varón que abriere por primera vez la matriz era propiedad de Dios para hacer funciones espirituales. así también todo primer nacido de tus animales, los machos eran de Jehová. Cuando leemos “que el que abriera por primera la matriz era el primogénito” entendemos que era la mujer, y no el hombre el que determinaba quien era el primogénito. Los primogénitos que Dios salvó en la décima plaga tenían la obligación de servir a Dios en funciones sacerdotales, esto terminó hasta la apostasía del becerro de oro y fueron sustituidos por la tribu de Leví que fue la única que se puso del lado de Jehová. Éxodo 32:26-29.

¿Cómo se podía rescatar a un primogénito?

El primogénito del asno como era un animal impuro podía ser redimido por un cordero, ya que el burro no podía consagrarse como ofrenda a Jehová pues era un animal impuro. En caso, que su dueño no lo quisiera redimirlo (rescatar) debía quebrar su cerviz (13:13). En cuanto a los primogénitos varones, si un padre no quería que su primer nacido fuera consagrado al servicio de Dios podía redimirlo (rescatarlo) al cumplir un mes de nacido por el precio de cinco siclos conforme al siclo del santuario, que es de veinte geras, los animales limpios no podían rescatarse pues eran santificados, su sangre era rociada sobre el altar y se quemaba la grosura de ellos como ofrenda encendida en olor grato a Jehová. Números 18:15-17.

PIENSE EN ESTO. Los primogénitos eran consagrados a Jehová porque fueron redimidos de la casa de servidumbre, hoy nosotros podemos ser consagrados a Dios porque fuimos redimidos de la esclavitud del pecado, Cristo pago el precio de nuestra redención. 1 Pedro 1:18-19.