QUE AVIVES EL FUEGO.

Lectura de estudio. 2 Timoteo 1:5 – 6.

5 trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. 6 Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.

¿Cómo podía Timoteo avivar el fuego del don de Dios?

La frase “te aconsejo que avives el fuego del don de Dios” significa que la fe no fingida de su ejemplo materno se estaba apagando, con frecuencia las personas se cansan de servir al Señor y viven indiferentes y apáticos. La palabra griega anypokritou, significa ser genuino, sincero, sin fingimiento, sin hipocresía. La fe de este joven ministro la había aprendido de su abuela Loida y de su madre Eunice, aunque esta última se había casado con un hombre griego, no había perdido la fe auténtica. Por tal razón Timoteo debía “avivar el fuego del don de Dios” reactivarlo, volverlo a encender, debía avivar la fe que se distingue de los que viven un cristianismo simulado, de los que aparentan ser cristianos, pero sus acciones son la antítesis de Cristo.

Jesús dijo: “porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” Juan 13:15. Se nos manda a guardar los mandamientos y tener la fe de Jesús. Apocalipsis 14:12. El hijo de Dios, debe alejarse de vivir un cristianismo de apariencias porque los últimos días se caracterizan por la “apariencia de piedad” que tendrán muchos cristianos, pero que negarán la eficacia de ella”. 2 Timoteo 3:5. Las iglesias viven un cristianismo sin Cristo, Jesús es el gran ausente en el culto y la predicación, aun los himnos que se entonan omiten con frecuencia el nombre de Jesús. El consejo de Pablo a Timoteo es que avive el fuego del don de Dios que le fue otorgado cuando el apóstol le impuso las manos y oró por él. En el libro de Hechos con frecuencia el Espíritu Santo es dado a través de la imposición de las manos. “17 Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo”. Hechos 8:17. El que tiene el Espíritu Santo refleja en su vida los frutos del Espíritu: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre. Gálatas 5:22-23. ¿Es necesario que avives el fuego del don de Dios?

Para meditar y reflexionar. 

¿Qué pasaba con Timoteo, que Pablo tuvo que decirle que avivara el fuego del don de Dios, que está en ti por la imposición de mis manos?