Lectura para profundizar. Éxodo 10:1-20.
7 Entonces los siervos de Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo será este hombre un lazo para nosotros? Deja ir a estos hombres, para que sirvan a Jehová su Dios. ¿Acaso no sabes todavía que Egipto está ya destruido? Éxodo 10:7.
¿Cómo se expresaron de Moisés los siervos de faraón?
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Moisés dijo a faraón: Si no dejas ir a los hijos de Israel que le sirvan a Dios, Jehová te enviará langostas que acabaran con lo que quedó del granizo y comerán todo lo que fructifica en el campo. (10:5). Cuando Moisés y Aarón salieron de la presencia de faraón sus siervos le dijeron: déjalos ya ir para que sirvan a su Dios ¿No ves cómo está devastada la tierra, y tú todavía los retienes? El faraón recapacita y mandó a traer a Moisés y Aarón y les dijo: Está bien, vayan a servir a su Dios, ¿Quiénes van a ir? No estaba pensando dejar ir a todos, Moisés respondió: Vamos a ir todo el pueblo con nuestros animales porque vamos a celebrar fiesta a Jehová, faraón contestó ¿Cómo creen que los voy a dejarlo ir a todos? Ustedes lo que quieren es irse, y esto, no va a ocurrir, si quieren, solo voy a dejar ir a los varones, y los echaron de su presencia.
¿Qué hizo faraón después que vino la plaga de langostas? Éxodo 10:12-17.
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Dios mandó un viento oriental que trajo langostas, y estas, inundaron la tierra de Egipto. Esta plaga consumió toda la hierba de la tierra, y todo fruto de los árboles. Faraón hizo llamar a Moisés y le dijo: “He pecado contra Jehová vuestro Dios y contra vosotros”, ora a Jehová para que quite las langostas. Moisés oró y Dios envió un viento occidental que llevó las langostas al mar Rojo. Pero no era tiempo de terminar con el castigo a faraón, el arrogante rey, necesitaba seguir siendo disciplinado. Dios vuelve a endurecer el corazón de faraón para que no dejara ir a Israel. La historia de las plagas está llegando a su etapa final, al momento, cuando Jehová doblaría a faraón – al gran dragón del Nilo – dándole muerte a su hijo, y a todos los primogénitos de los hombres y de los animales.
PIENSE EN ESTO. Cuando alguien resiste a Dios, el Eterno se aleja de él y su corazón se cauteriza para no oír la voz de Dios; lo mismo pasará en el tiempo final, “y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder para estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria”. Apocalipsis 16:9.