Lectura de estudio: 1 Juan 3:24.
24 Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
¿Cuál es el mensaje del versículo 24?
El autor quiere dejar bien claro que Dios permanece en el corazón del creyente que es obediente. Dios no es Dios de desobedientes. David escribió: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado. Y tú ley está en medio de mi corazón”. Salmos 40:8. Así debiera ser la actitud de cada cristiano, hacer la voluntad de Dios. La religión de Cristo según ha venido insistiendo Juan no consiste en palabrería, sino se demuestra creyendo, amando y obedeciendo. “No son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados”. Romanos 2:13.
La forma más clara de saber si permanezco en Dios, o no permanezco, está en la observancia, o no observancia de sus mandamientos. La obediencia a los diez mandamientos determina si soy, o no soy, hijo de Dios. “No todo el que me dice Señor, Señor (dice Jesús) entrará en el reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. Mateo 7:21, y Juan agrega: “Pues este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos”. 1 Juan 5:3. La obediencia me dice si permanezco en Dios, y el en mí, pero la presencia del Espíritu Santo me confirma que esto es así.
COMPRUEBE SU APRENDIZAJE.
¿Por qué Dios permanece en el corazón obediente?
¿En qué parte de su ser, guardaba el rey David, la ley de Dios?
¿Qué relación hay entre los mandamientos y la permanencia en Dios?
¿Por qué es importante hacer la voluntad de nuestro Padre Celestial?