Lectura de estudio. 1 Timoteo 6:12.
12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
¿Qué significan las palabras, pelea la buena batalla de la fe?
En los versículos anteriores (9,10) el apóstol trató acerca de lo peligroso que son las riquezas, “porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo”. ¿Qué quiere decir esto? Que luego que son atrapados por la ambición es muy difícil salir de ahí, porque el dinero los hace sus rehenes. Luego dijo a Timoteo “Más tú hombre de Dios huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre”. No es fácil librar la batalla que tiene que pelear el que ocupa un puesto de responsabilidad en la iglesia: El dinero, el sexo, los vicios, el placer, la fama, y muchos pecados más. son las armas letales que el diablo usa para tentar y llevar a muchas almas a la perdición. Pelear la buena batalla de la fe significa luchar a diario contra nuestros deseos pecaminosos y contra las tentaciones malignas.
El pecado debe enfrentarse con las armas espirituales que Dios nos ha dado en su Palabra. 2 Corintios 10:4. El estudio diario la Biblia no solo es para aprender versículos, sino también para practicarlos. Orar en todo tiempo (1 Tesalonicenses 5:17) es otra arma, y no solo para suplicar ayuda, sino también para pedir ser librados de la tentación. Debemos apartarnos del pecado y de sus promotores, hay personas que solo se acercan a nosotros o aparecen en nuestras vidas para intentar sutilmente alejarnos de Dios. El diablo no viene personalmente a tentarnos, sino que envía a sus secuaces, de ahí las palabras: “más tu hombre de Dios huye de estas cosas”. Si nos juntamos con personas que no les preocupa la vida espiritual, que solo sea para predicarles la Palabra de Dios.
Timoteo debía pelear “la buena batalla de la fe” recordando que su estancia en esta tierra era pasajera; el cristiano tiene un destino, y, por lo tanto, no debe distraerse en el camino, sino seguir hasta alcanzar la meta. Filipenses 3:20. El joven ministro había sido llamado a la vida eterna, por eso, debía renunciar a todas las tentaciones pecaminosas y deseos carnales. “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado”. 2 Timoteo 2:4-5.
Para meditar y reflexionar.
¿Por qué Timoteo debía abandonar el deseo de enriquecerse y huir de las ambiciones materiales? ¿Qué recursos espirituales tenemos para pelear la buena batalla de la fe?