Nehemías 2:4-6.
4. Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, 5, y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré. 6. Entonces el rey me dijo (y la reina estaba sentada junto a él): ¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás? Y agradó al rey enviarme, después que yo le señalé tiempo.
¿Qué certeza nos da esta lectura que Dios escucha las oraciones?
Nehemías comenzó su libro orando por su pueblo (1:4) y continuó orando para que Dios le diera éxito para hablar con el rey (1:11). En el (2:4-6) tenemos la respuesta de Dios a sus oraciones, pues el rey, no solo escuchó su petición de ir a reconstruir Jerusalén, sino que, además, aceptó su propuesta de que abandone temporalmente el palacio (su cargo de copero) y vaya a su tierra natal a reconstruir la ciudad de sus padres. Antes de hacer su petición al rey, Nehemías vuelve a orar, las palabras: “Entonces oré al Dios de los cielos” y todo el contexto anterior, nos dice; que Nehemías era un hombre de oración. La oración es una herramienta poderosa disponible para los hijos de Dios. Elías era un hombre como tú y como yo, y oró fervientemente y no llovió por tres años seis meses y volvió a orar y el cielo dio lluvia y la tierra su fruto. Este es el poder de la oración ferviente y está a tu disposición, si quieres… puedes hacer uso de ella. Santiago 5:17-18.
PARA PROFUNDIZAR. Las palabras: “agradó al rey enviarme” significa que Dios trabajó en el corazón del rey para que la petición de Nehemías fuera contestada. Al que ora y cree, aun lo imposible se le hace posible.
¿QUÉ APRENDÍ DE LA LECCIÓN?