NI MUCHO, NI POCO.

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Objetivo. Explicar que los extremos económicos, riqueza – pobreza puede llevarnos a blasfemar o ha olvidarnos de Dios. 

Lectura Bíblica. Proverbios 29:8-9.

8. No me des pobreza ni riquezas; manténme del pan necesario; 9. No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios.

¿Por qué el autor no deseaba ser rico o pobre?

Los extremos riqueza – pobreza para el autor del texto son tentadores ya que puede llevar al hombre a quejarse o ha blasfemar contra el Nombre de Dios. Las riquezas pueden mover a la gente “a no necesitar de Dios ” porque el rico, se cree seguro porque piensa que su dinero lo es todo, y por eso deja de confiar en  Dios, de esa manera abandona  al Eterno Creador. Moisés exhortó a Israel para que no se dejara atrapar por el falso espejismo del materialismo, le dice: Cuídate de no olvidarte de Jehová tú Dios  … no suceda que comas y te sacies … y se orgullezca tu corazón y te olvides de Jehová tu Dios … y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Deuteronomio 8:11-17. 

APLICACIÓN. Me propongo con la ayuda de Dios no blasfemar por la pobreza, ni orgullecerme por la riqueza, pues he aprendido que Dios cuida de sus hijos.