Lectura de estudio: Tito 2:4
4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
¿Quiénes debían ser las maestras de las mujeres jóvenes?
La secuencia de instrucción fue de la siguiente manera: Pablo enseñó a Tito, y este lo hizo con las mujeres ancianas y estas debían enseñar a las mujeres jóvenes; pero antes, debían ser maestras del bien. La enseñanza no tiene impacto sino es respaldada con un buen ejemplo. El mejor maestro no es el que habla mucho, sino el que practica lo que enseña, se predica mejor cuando damos buen ejemplo. “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre”. Santiago 3:13. Las mujeres mayores debían enseñar a las jóvenes; tantos años recorridos, tantas cosas vistas, tantos problemas superados hacían de su experiencia una herramienta eficaz para aconsejar. Siempre es bueno un consejo a su tiempo. Proverbios 12:15. La orden de Pablo: Que aprendan a amar a sus maridos y a sus hijos en lugar de andar de casa en casa de entrometidas, chismosas, perdiendo el tiempo en lo banal e infructífero. 1 Timoteo 5:13. “La mujer sabia edifica su casa; más la necia con sus manos la derriba”. Proverbios 14:1. Pablo desea tener en Creta un equipo de consejeras para hacer frente a los problemas conyugales que se estaban suscitando. Aunque el autor de la carta no incluye al esposo, este debía contribuir amando a su esposa, dando honor a la mujer como vaso frágil y como coherederas de la gracia de vida. 1 Pedro 3:7. En resumen: las mujeres jóvenes debían aprender a cuidar su casa, a ser amables, a servir a su esposo y a cuidar de sus hijos, de esa manera nadie podía oponerse a la predicación de la palabra de Dios.
Para meditar y reflexionar.
¿Qué papel debieran desempeñar las mujeres mayores en la iglesia? ¿Cómo pueden las mujeres mayores ayudar al Pastor a tener una iglesia saludable?
