Lectura de estudio. 1 Timoteo 6:17-19.
17 A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; 19 atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.
¿Cuál es el problema de los ricos de este siglo?
Pablo había estado tratando acerca de aquellos que no poseían riquezas, pero que ambicionaban obtenerlas (vv. 3–10). En el v.17 se dirige a los que sí tienen riquezas, a los que, sí son ricos, por eso, insta a Timoteo a que los instruya acerca de cuál debe ser la actitud correcta hacia los bienes materiales. El dinero con frecuencia lleva a la gente a la altivez. Esta actitud pecaminosa es inherente a Satanás; la humildad es propia del Señor Jesucristo. Otra cosa que debían hacer los pudientes de la iglesia que pastoreaba Timoteo era no poner su esperanza en el dinero (solo en Dios debemos poner nuestra confianza), porque las riquezas, aunque para algunos es su dios, pues relegan a Dios por su trabajo y búsqueda de dinero, deben saber que van por mal camino, pues las riquezas son inciertas. Esta fue la más grande tentación del pueblo de Israel y puede ser también la de muchos cristianos. Dijo Moisés a Israel, no sea que te vaya bien y se enorgullezca tu corazón y te olvides de Jehová tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto. Deuteronomio 8:14.
El dinero con frecuencia lleva a las personas a confiar más en sus bienes, que en Dios. El dinero vuelve al corazón no santificado más arrogante de lo que era y lo hace creer que es mejor relegar a Dios que servirle. Por otro lado, el corazón orgulloso se distingue por desear ser servido y no por servir a la iglesia. El rico o el o el que se cree rico, debe saber que Dios le ha dado cierta riqueza, no para que la adore, sino para que la disfrute y haga con ella obras de generosidad. El creyente debe ser rico en buenas obras. La generosidad es el ahorro divino para el futuro y la recompensa para la vida eterna. Proverbios 19:17. Mateo 25:37-40.
Para meditar y reflexionar.
¿Qué debía enseñar Timoteo a los ricos de su iglesia? ¿Por qué no es recomendable poner la esperanza en las riquezas?
