Lectura de estudio: Génesis 42:21-24.
21 Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia. 22 Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y dije: No pequéis contra el joven, y no escuchasteis? He aquí también se nos demanda su sangre. 23 Pero ellos no sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos. 24 Y se apartó José de ellos, y lloró; después volvió a ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a Simeón, y lo aprisionó a vista de ellos.
¿Qué hablaban los hermanos de José? ¿Qué pecado confiesan delante de él? ¿Cómo repercutió en ellos haberse portado mal con José?
____________________________________________
Nadie puede esconderse de su conciencia, tarde que temprano el que peca se enfrentará al tribunal de su conciencia. Moisés escribió: “… y sabed que vuestro pecado os alcanzará” Números 32:23. Nosotros mismos nos recriminamos en lo más recóndito de nuestras cabezas lo malo que nos hemos comportado. David escribió: “mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo del día, porque de día y de noche se agravó sobre mi tu mano Señor…” Salmos 32:3-4. ¿Quién se podrá escapar de Dios y de las acusaciones de su conciencia? El odio, el coraje y la envidia que tenían por José cegó a sus hermanos y llenó de ira su corazón a tal grado que conspiraron para quitarle la vida y decirle a su padre que una bestia salvaje lo había devorado, pero ahora estando frente al gobernador de Egipto su conciencia adormecida despertó y comenzaron a sentirse mal por haber pecado contra su hermano, pues dijeron: “pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia”.
¿Qué palabras de reproche les hizo Rubén? ¿Qué hizo José después de escucharlos? ¿A quién aprisionó José al regresar?
____________________________________________
Rubén era el mayor de los hermanos de José, era el responsable ante su padre y por eso no quiso que lo lastimaran y mucho menos que lo mataran, él pensaba hacerlo volver a su padre. Génesis 37:18-22. Rubén dejó a sus hermanos y cuando regresó no lo encontró, José había sido vendido a los ismaelitas (37:26-30). José no aguantó más y los dejó discutiendo y se fue a llorar, no sabemos porque lloró, pero tal vez se acordó de los malos momentos que pasó y ahora veía a sus hermanos arrepentidos. Pero cuando regresó José tomó presó a Simeón, tal vez, el cómo el segundo hermano mayor no había intercedido por él ante sus hermanos, el que lo defendió de la muerte fue Judá el cuarto en edad. Génesis 35:22-26.
Piense un momento en los hermanos de José (Génesis 37:1-20) ¿Por qué el odio, la envidia y la ira puede llevarnos a la venganza cruel?