Lectura de estudio: Filemón 1:3.
3 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Filemón 1:3.
De acuerdo a su conocimiento bíblico, explique qué es la gracia de Dios.
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La gracia es la bondad de Dios para con los pecadores al perdonar sus pecados por solo creer en Jesús. Somos salvos por gracia. Efesios 2:8. Pablo sabía que la gracia de Dios lo había alcanzado para designarlo predicador del Evangelio después de ser un perseguidor de la iglesia y un asiduo oponente de Jesús. Cuando el Señor lo llamó camino a Damasco, Jesús le dijo: “Yo soy Jesús a quién tu persigues”. Hechos 9:5. Cuando el entendió que la gracia de Dios lo había salvado escribió: “no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de reconciliación” 2 Corintios 5:19, esto que acabamos de leer es gracia y el apóstol deseaba que la gracia de Dios estuviera con Filemón, Apia, Arquipo y la iglesia que estaba en su casa.
No solo el perdón de Dios debía alcanzar a los lectores, también la paz debía llegar a su vida, ¿Cómo puede el cristiano obtener la paz? ¿Quiénes eran Apia y Arquipo?
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Gracia charis en griego significa regalo, expresa un favor hacia alguien, Dios nos hizo un favor al perdonar nuestros pecados e imputarnos la justicia de Cristo. Al estar perdonados, estamos en paz con Dios y nuestra alma está en paz, no hay paz en el pecado, el que se porta mal no puede vivir en paz. Isaías 57:21. El salmista exclamó “Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira, ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado”. Salmos 38:3. “Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela”. Salmos 34:14.
¿Cómo se puede evitar el sufrimiento por el pecado? Salmos 32:1-5. Escriba su respuesta en la línea.
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No nos hagamos bolas, el pecado causa dolor hasta en los huesos, un pecado no confesado roba la paz, quita el sueño y causa dolor en todo el cuerpo. La confesión, el perdón y el abandono del pecado, es el remedio para el insomnio, la crisis mental y dolores del alma. Un pecado guardado y apapachado nos hace infeliz. David escribió: “Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tu perdonaste la maldad de mi pecado”. Salmo 32:5