CONCLUSIÓN. Pablo ordena a Tito: que él como pastor de Creta debía insistir con firmeza para que los miembros de la iglesia se ocuparan en hacer buenas obras, esa era su tarea, tener una congregación fructífera para el reino de Dios. Por otro lado, no debía perder el tiempo con gente que busca enfrentamientos para discutir doctrinas no bíblicas. Es mejor ganar almas para Cristo en lugar de estarnos enseñando unos a otros. También le da instrucciones en cómo proceder con el cismático, con el rebelde que busca dividir y alterar el orden establecido: “Al hombre que cause divisiones después de una y otra amonestación deséchalo”. Tito no debía tolerar ninguna rebeldía contra la autoridad apostólica, el hijo de Dios debe respetar a todas las autoridades establecidas, y obedecerles mientras estas no contradigan la Biblia, Hechos 5:29, porque no hay autoridad alguna que no haya sido establecida por Dios. Romanos 13:1
