FIN DEL ESTUDIO SEMANAL.

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CONCLUSIÓN. Los creyentes cretenses debían aprender a sujetarse a sus gobernantes y autoridades, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios son ordenadas. Romanos 13:1. También debían evitar difamar o hablar mal de las personas o ser busca pleitos, sino buscadores y promotores de la paz. La rebeldía, el extravío de la verdad, la esclavitud a los deseos pecaminosos y el aborrecerse unos a otros, no es cosa de los hijos de Dios, sino de los hijos del maligno. El que conoce a Cristo no vive para hacer el mal, pues ha roto con toda acción pecaminosa, la regeneración y a renovación por el Espíritu Santo lo ha transformado, pues ahora vive conforme al Espíritu. Gálatas 5:18-24.