Para profundizar
Todos los que han recibido a Jesús en su corazón y han creído en él, tienen el derecho de ser llamados hijos de Dios. Juan 1:12. Pero el creyente avanzará un poco más hacia la plenitud espiritual, en la venida de Cristo, seremos semejantes a Jesús, porque le veremos cara. Si deseamos ver a Jesús, debemos purificarnos de todo mal, porque “sin santidad, nadie verá al Señor”. Hebreos 12:14.
El pecado es la desobediencia a la Ley de Dios, el que desobedece los mandamientos, es del diablo porque el diablo peca desde el principio, Jesús vino a este mundo, para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Oremos a Dios para que nos de un corazón obediente que aborrezca el pecado.