¿Qué vamos aprender?
- Memorizar el noveno y décimo mandamiento.
- A evitar los pecados de la lengua.
- Y a evitar los pecados de los ojos
Lectura para profundizar. Éxodo 20:16.
16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. 17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. Éxodo 20:16
¿Qué es hablar falso testimonio?
Los tres mandamientos anteriores, “no matarás”, “no cometerás adulterio”, y “no hurtarás”, eran transgresiones de muerte, pero toda acusación, debía ser llevada, ante los jueces para ser valoradas: testificar en falso, o hacer acusaciones falsas, podía ocasionar la muerte de un inocente. Dios quería evitar que alguien fuera juzgado sobre bases falsas, sobre supuestos, o mentiras. Y cuando alguien era llevado a los tribunales, la acusación debía estar soportada por el dicho de dos, o tres testigos, el testimonio de un solo testigo no era válido. Deuteronomio 19:15. Por eso los que “llevaron” a la mujer acusada de adulterio a Jesús, le dijeron: “esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio”, y la ley manda apedrear a tales mujeres; y los acusadores estaban incurriendo en falso testimonio. La ley decía que la adúltera y el adúltero debía morir indefectiblemente, pero ellos solo presentaron a la mujer ¿Y el hombre dónde estaba? Por eso Jesús los ignoró, y se puso a escribir en la tierra, tal vez, escribió: Levítico 20:10. Todo cristiano debe evitar los pecados de la lengua: el chisme, la crítica, la murmuración, la calumnia, y la mentira.
¿Qué es la codicia? ¿Y cómo se produce en el hombre?
Codiciar es desear algo que no me pertenece, es desear cualquier persona o bien que pertenezca a mi prójimo. La violación del décimo mandamiento puede llevar a violar otros mandamientos. No se puede tener las pertenencias de otro, a menos, que transgredamos la Ley de Dios. La codicia lleva al ser humano a obtener lo ajeno a cualquier costo. Una mente no santificada es codiciosa, el hijo de Dios debiera orar para que Dios santifique sus pensamientos. Expulsemos de nuestra vida, con la ayuda de Dios, toda codicia, toda avaricia y toda envidia. La codicia entra por los ojos, pero se incuba en la mente, y desde la lógica bíblica, el hombre es, lo que piensa. (Proverbios 23:7), debiéramos llevar a cabo la siguiente declaración de Cristo: “Si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti …” Mateo 5:29.
PIENSE EN ESTO. “8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. Filipenses 4:8.