Lectura para profundizar. Éxodo 14:19-20.
19 Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas, 20 e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquellos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros.
¿Qué significa que el ángel de Dios y la columna de nube que iban delante del campamento de Israel se hayan puesto a sus espaldas?
El salmista escribió, “el ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Gustad y ved que es bueno Jehová, dichoso el hombre que confía en él. Salmos 34:7-8. “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos”. Salmos 91:11. El ángel de Dios que iba delante del campamento, cuidando el caminar de los israelitas, se trasladó a la retaguardia, lo mismo hizo la columna de nube, se puso a sus espaldas para protegerlos de cualquier ataque de los soldados egipcios. En la columna de nube iba Jehová delante de ellos para guiarlos en el camino. Éxodo 13:21. Normalmente, al llegar la noche, la columna de nube se movía sola para dar lugar a la columna de fuego.
¿Qué papel jugó la columna de nube y la columna de fuego? Éxodo 14:20.
Al amanecer aparecía la columna de nube, pero al llegar la noche se movía para dar lugar a la columna de fuego, pero esta noche, la columna de nube no se fue, sino que se trasladó a la retaguardia del campamento israelita, separándolos de los egipcios. La columna era una mitad oscura, de tinieblas para los egipcios, y la otra mitad de luz resplandeciente para los israelitas. El salmista escribió: “Jehová es mi luz y mi salvación ¿De quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida, ¿De quién he de atemorizarme? Salmos 27:1. La oscuridad era tan densa en el campamento egipcio que no se podían ver el uno al otro, mientras los hijos de Israel caminaban aquella noche como si fuera a luz del día.
PIENSE EN ESTO. Aunque no veamos a los ángeles de Dios, ellos nos acompañan, debemos estar seguros, que ellos nos cuidan, solo debemos evitar lugares donde los ángeles jamás nos acompañaran.