Lectura de estudio: Génesis 46:28-30.
28 Y envió Jacob a Judá delante de sí a José, para que le viniese a ver en Gosén; y llegaron a la tierra de Gosén. 29 Y José unció su carro y vino a recibir a Israel su padre en Gosén; y se manifestó a él, y se echó sobre su cuello, y lloró sobre su cuello largamente. 30 Entonces Israel dijo a José: Muera yo ahora, ya que he visto tu rostro, y sé que aún vives.
¿Dónde debía venir José a encontrarse con su padre?
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La Biblia de América traduce así el v.28: “Israel envió primero a Judá para que anunciara a José su llegada y preparase un lugar en Gosén”. Las palabras “y preparase un lugar en Gosén” alude – según los comentarios judíos – no solo a que José debía preparar un lugar físico para habitar, sino también un espacio físico donde el Patriarca pudiera estudiar la Biblia (Torá) con su familia, esto incluía la purificación del lugar de cualquier vestigio idolátrico. Jacob deseaba ir a Egipto para ver a José, pero sabía lo peligroso que era convivir con los habitantes de aquel país, es por eso que temía ir a Egipto debido a la idolatría e impureza espiritual de aquel lugar. Si algo debiéramos aprender del Patriarca es a separarnos de los paganos, de las costumbres de gente que no tiene sensibilidad espiritual y que no teme a Jehová, antes que juntarnos con ellos, debiéramos salir de entre ellos. 2 Corintios 6:17, Isaías 52:1. “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que se quiere hacer amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios. Santiago 4:4. Dios no bendice al que ama al mundo antes lo considera su enemigo, la negrita es para todos.
¿Qué hizo José cuando vio a Jacob? ¿Qué dijo Israel a José?
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En muy pocas palabras Moisés describe la emotiva escena: el patriarca y su hijo favorito se encontraron por primera vez después de veintidós años de separación forzada. José era un muchacho de diecisiete años cuando Jacob lo mandó que fuera a ver a sus hermanos. Ahora era un hombre maduro de treinta y nueve años, segundo en poder en el gobierno egipcio. Cuando el anciano padre contempló el amor en los ojos de su querido hijo vio la prueba del amor de Dios hacia él, y confesó que estaba listo para morir. Sin la seguridad del perdón divino, la muerte es de temer para el hombre, Sin embargo, cuando se está en paz con Dios podemos decir como Jacob: “Entonces Israel dijo a José: Muera yo ahora, ya que he visto tu rostro, y sé que aún vives”. ¿Puedes decir como Jacob, muera yo ahora? ¿Puedes expresar las palabras, del Salmo 23:4 aunque ande en valle de sobra de muerte, no temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo?