Lectura de estudio: Génesis 41:41-44.
41 Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. 42 Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; 43 y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. 44 Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.
¿Qué dijo faraón a José? ¿Cómo fue vestido José?
De un plumazo el faraón ascendió a José a gobernador, la frase “he aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto” muestra el gran poder que tenía el faraón. José llegó a ser el segundo hombre más poderoso de aquella nación porque Jehová así lo quiso, todo lo que José alcanzó se lo debía a Dios. José no solo interpretó el sueño al rey egipcio, sino que le aconsejó como debía enfrentar los siete años de abundancia y los siete años de hambre que vendrían sobre aquella nación. Su don Divino para interpretar sueños, más la presencia de Dios en su vida, hizo que faraón lo nombrara sin titubear su gobernador. El anillo que faraón quitó de su mano para ponerlo en la mano de José muestra la confianza que le agarró al joven hebreo, pues este era utilizado para firmar documentos. José fue vestido de lino finísimo y le fue puesto un collar de oro en su cuello. Su tesón, integridad, y eficacia en todo lo que hacía, más la presencia de Dios en su vida, lo impulsaron hasta ostentar el puesto de gobernador de Egipto.
¿Dónde lo hizo subir? ¿Qué orden daba el pregonero?
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El primer carro, el más lujoso era de faraón, el segundo carro, el carruaje que marchaba al lado del primero, fue donde Faraón hizo subir a José para que recorriera toda la tierra de Egipto. Solo quiero que use su imaginación ¿Qué pensaría el jefe de los coperos, Potifar, el jefe de la cárcel y la mujer de Potifar, verlo en el segundo carro de faraón, verlo como gobernador de Egipto? Ahora todos tenían que “doblar sus rodillas” delante de José “el príncipe de Egipto”, todo mundo, esclavos y libres postrados ante José, sus sueños por el cual lo odiaron sus hermanos comenzaban a materializarse. Dios nos da mucho más de lo que pedimos, Efesios 3:20, vale la pena representarlo bien en donde quiera que vayamos. José fue integro y obediente a Dios, y lo fue como hijo favorito, como esclavo en la casa de Potifar, en la cárcel y en todo lugar, por eso, Jehová lo exaltó hasta el puesto de gobernador de Egipto.
¿Qué llevó a José – aparte de la ayuda de Dios – a convertirse en el príncipe de Egipto? ¿Qué aprendizaje podemos sacar todos, especialmente los jóvenes, para alcanzar los sueños a pesar de las dificultades que nos sobrevengan?
