Lectura de estudio: Génesis 31:43-44.
43 Respondió Labán y dijo a Jacob: Las hijas son hijas mías, y los hijos, hijos míos son, y las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿y qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus hijos que ellas han dado a luz? 44 Ven, pues, ahora, y hagamos pacto tú y yo, y sea por testimonio entre nosotros dos.
Lea Génesis 31:30-42, después de los alegatos entre Labán y Jacob, ¿Qué propuso su suegro al patriarca?
El encuentro fue ríspido, Labán se sentía ofendido porque Jacob se vino de Padan – aram sin avisarle; se había traído a sus hijas sin que él hubiese podido despedirse de ellas, le reclamó, ¿Por qué te escondiste para huir, y me engañaste, y no me lo hiciste saber para que yo te despidiera con alegría y con cantares, con tamborín y arpa? También le molestó el robo de sus dioses, porque a través de ellos consultaba los oráculos sobre algún asunto en particular. Después de una búsqueda exhaustiva no los encontró porque Raquel estaba sentada sobre ellos, excusándose que no se podía parar porque estaba en la costumbre de las mujeres. Génesis 31:31-35), los versículos 36-42, muestran a Jacob molesto porque se sintió acusado falsamente, él no sabía, que Raquel su esposa favorita había hurtado los dioses de su padre.
Génesis 31:43-54, ¿Qué propuso Labán a Jacob? ¿Qué incluía el pacto que hicieron?
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Somos familia dijo Labán, todo lo que traes es mío, pero no voy a quitarle nada a mis hijas y a mis nietos, es mejor que tú y yo hagamos un pacto y sea por testimonio entre vosotros, hicieron un manjano (montículo) y ellos comieron sobre el manjano que serviría como testigo entre Labán, Jacob y Dios (31:48-49) era costumbre hacer pacto sobre una piedra, servían como testigo. Josué 24:27, ninguno de los dos debía pasarlo para agredirse, Labán pernoctó allí y la mañana siguiente besó a sus hijos y a sus hijas, los bendijo y regreso a Harán, Labán un arameo, nos enseña en este relato como se deben arreglar los problemas.
