Lectura de estudio: Génesis 12:2.
2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
¿Qué poseía Abram en Ur de los caldeos y que iba a adquirir si emprendía el viaje donde Dios lo mandaba?
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Abram tenía las comodidades y las oportunidades de la vida citadina, gozaba de cierto estatus y de una familia, pero en la tierra que Dios le iba a mostrar (12:1), Jehová tenía mucho más para él. Las cosas que necesita nuestra alma no están donde las buscamos con frecuencia, setenta y cinco años Abram estuvo buscando una vida plena y no lo encontró, todo lo que poseía no cubrían su necesidad existencial y no le daba sentido a su vida. “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?” Son las palabras de los ángeles a las mujeres que estaban buscando a Jesús donde no estaba. Lucas 24:5, con frecuencia la bendición de Dios no está, donde (o como) la estamos buscando, la orden divina es, deja tu tierra y tu parentela y ve a la tierra que te mostraré (12:1). El sentido de la vida lo encontramos al caminar con Dios.
¿Qué le ofreció Dios Abram si dejaba su tierra, su parentela y la casa de su padre y marchaba a la tierra que le iba a mostrar?
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Abram deseaba tener un hijo, Dios le ofreció mucho más, “haré de ti una nación grande”, esto se relaciona con la expresión “y te bendeciré”, que incluía un hijo (Isaac) que Sarai no le había podido dar, pero que al final se lo daría, y al dinero que requería para vivir, le dio ganado, plata y oro (13:2). A Israel Dios le prometió, si le era fiel, abrirles las ventanas de los cielos y derramar bendición hasta que sobre abunde. Malaquías 3:10. Si Abram compartía todo lo que Jehová le había dado, se haría realidad las palabras y serás bendición. Dios le cambió el nombre de Abram (padre exaltado) a Abraham padre de muchedumbres de gentes (17:5). Cuando el patriarca llegaba a cierto lugar levantaba un altar para adorar a Jehová y enseñaba a sus vecinos la fe del Dios verdadero. Génesis 12:8, de esa manera llevaba la Palabra de Dios a los paganos.
