CONCLUSIÓN. Pablo exhorta a los esclavos creyentes que se sujeten a sus amos y que les agraden en todo, que no sean respondones, ni deshonestos, ni desleales, un mal ejemplo evitaría que sus amos paganos aceptar la gracia (salvación) de Dios que se manifestó a todos los hombres con la muerte de Cristo en la cruz. La gracia de Dios exigía a los esclavos cristianos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos y a buscar una vida sobria, justa y piadosa. El hijo de Dios debe renunciara la impiedad para estar listo para la segunda venida de Cristo. Los esclavos cristianos no debían vivir en pecado, porque Cristo vino a redimirlos (redimirnos) de toda iniquidad y purificar un pueblo que ame hacer el bien y no el mal.
