Lectura de estudio. 2 Timoteo 4:5.
5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.
¿Qué debía hacer el joven Timoteo ante el relajamiento de los principios bíblicos?
La palabra de Dios permanece para siempre, Isaías 40:8, las Escrituras son el fundamento de la fe cristiana, es la lámpara que alumbra nuestro camino, Salmos 119:105. Todo hijo (a) de Dios debiera leerla, enseñarla y obedecer todo lo que está escrito, su contenido es inalterable; pues está escrito y dicho por el Hijo de Dios: “el cielo y la tierra pasará, pero mis palabras no pasarán”. Mateo 24:35, pero los falsos maestros y los seguidores de Himeneo y Fileto estaban predicando un evangelio diferente que rebajaba los principios bíblicos, no se denunciaba el pecado, sino se justificaba, se predicaban temas que endulzaban el oído de la gente que no había querido abandonar el mundo pues lo traía apapachado en su corazón.
El que se ha convertido a Cristo, ha roto con el pasado 2 Corintios 5:17, y no vuelve a convivir con él; no recuerda, ni platica sus pecados anteriores, pues le avergüenzan. El pasado debe ser olvidado; si se le recuerda, significa que no lo hemos dejado atrás y que puede retoñar en cualquier momento. Por otro lado, aun cuando llegaría el tiempo “que no sufrirían la sana doctrina”, Timoteo no debía cambiar su predicación, ni robustecerlas con cuentos y fábulas humanas, sino combatir con poder las falsas doctrinas. Por eso Pablo le escribió más o menos así: tú no te desvíes Timoteo, mantente fiel a la Palabra, no te apartes ni a diestra ni a siniestra, no sigas a lo mundanos, tu soporta las aflicciones que vienen por vivir la Palabra de Dios, sigue predicando el evangelio, busca salvar a los perdidos, incorporarlos a la iglesia, solo así, cumplirás con tu ministerio y harás la obra de evangelista.
Hacer la obra de evangelista significa que el predicador no se limita al pulpito, sino que sale de su zona de confort a buscar almas para traerlas a la iglesia. La obra de evangelista incluye hacer obra misionera casa por casa hasta que las personas acepten recibir estudios bíblicos, concluirlos y bautizarlos. Mateo 28:19-20. Hechos 2:41-47.
Para meditar y reflexionar.
¿Por qué Timoteo debía ser sobrio, soportar las aflicciones, cumplir con su ministerio y hacer la obra de evangelista?