HIMENEO Y FILETO

IMG_1445

Lectura de estudio. 2 Timoteo 2:17-18.

17 Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, 18 que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos.

¿Quiénes eran Himeneo y Fileto?

El versículo anterior nos habló de las “profanas y vanas palabrerías”. Pablo escribió también a la iglesia de Corinto “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”. 1 Corintios 15:33. Las conversaciones no adecuadas corrompen el alma de las personas, y llegan a modificar sus creencias, costumbres y valores, por eso el creyente que en verdad busca santificarse se abstiene de toda platica y amistades no edificantes. “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿Qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” 2 Corintios 6:14. Timoteo fue dejado en Éfeso porque se estaba enseñando doctrina diferente a la verdad bíblica que consistían en la discusión de vanas palabrerías, es decir; en toda conversación y enseñanza no edificante a la vida cristiana. 1 Timoteo 1:1-7. Como dijera Pablo en 2 Corintios 15:33, “no erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”. La palabra corromper significa: pudrir, descomponer y deteriorar. Así, como la gangrena comienza infectando una pequeña parte del cuerpo que se esparce dando muerte a los tejidos de las manos, las piernas y los dedos, así también, “las profanas y falsas palabrerías” infectará a los miembros del cuerpo de Cristo. Por eso Pablo dijo a Timoteo que las “profanas y vanas palabrerías, carcomerá como gangrena”. Himeneo y Fileto al parecer eran los líderes (maestros) que estaban enseñando esta doctrina (estos hombres) afirmaba que la resurrección de los muertos ya había ocurrido, y lo más lamentable, era que muchos estaban cayendo en sus argumentos.

Por último, que ningún creyente deje de reconocer la naturaleza maligna de la doctrina falsa. Así como la gangrena destruye la salud física, de la misma manera la habladuría impía de los que están en el error destruye la salud espiritual.

Para meditar y reflexionar.

¿Por qué el creyente debe apartarse de las profanas y vanas palabrerías? ¿Cómo pueden las personas con las que convivimos cambiar nuestras creencias, costumbres y valores?