BAJO EL YUGO DE ESCLAVITUD.

Lectura de estudio. 1 Timoteo 6:1,2.

1 Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina. 2 Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser hermanos, sino sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se benefician de su buen servicio. Esto enseña y exhorta.

¿Qué significa estar bajo el yugo de esclavitud?

Desde luego que tanto Israel como la iglesia surgieron en un mundo de esclavos. Éxodo 20:2. Desde luego que Dios no está de acuerdo que un hombre esclavice a otro hombre, pero la maldad del corazón llevó a los más fuertes a enseñorearse de los más débiles. Todos los hombres fueron “creados a imagen y semejanza de Dios”, Génesis 1:27, es decir, fueron empoderados para señorear la creación de Dios, no para ser esclavos. Pero el mundo donde surgió la iglesia estaba dividido en ciudadanos libres y esclavos, y algunos hermanos creyeron al evangelio siendo esclavos, y aunque la verdad nos hace libres, Juan 8:32, ninguno de los miembros de la iglesia que pastoreaba Timoteo debía insubordinarse al “yugo de esclavitud ordenado por el imperio”, o sea a la reglamentación jurídica romana.

El hijo (a) de Dios, no debe ser revoltoso, insubordinado, rebelde, o promotor de disturbios, la rebeldía lleva en si castigo e impide avanzar. Por otro lado, la obediencia trae bendición y prosperidad. José, Esther, Mardoqueo, Daniel y sus tres compañeros estuvieron bajo “el yugo de esclavitud”, pero su obediencia a los mandamientos de Dios, al faraón egipcio, al rey de Babilonia, y al rey de los medos y los persas, los llevó a obtener su libertad del “yugo de esclavitud”, y les permitió a acceder a puestos de autoridad. Había creyentes que tenían amos paganos, estos debían tener a sus amos por dignos de honor para que el nombre de Dios y la doctrina no fuesen menospreciadas. Nuestro testimonio, aleja a las personas de Dios, o las atrae, por eso es importante no dar mal ejemplo en nuestro trabajo; que nuestros jefes puedan notar la diferencia que hay entre el creyente y el incrédulo. También personas ricas con sus esclavos se convirtieron al evangelio, estos siervos debían servir mejor a sus amos creyentes, aunque espiritualmente era hermanos en Cristo, jurídicamente seguían siendo siervos de sus amos creyentes y debían servirles mejor que a los paganos, por cuanto eran sus hermanos, esa era la orden del apóstol Pablo. El evangelio no nos exime del respeto que debemos tener a las personas creyentes o no creyentes que ostentan un título de autoridad.

Para meditar y reflexionar.

¿Cómo deben los creyentes tratar a sus jefes superiores? ¿Por qué un cristiano no debe participar en movimientos sindicales que conducen a enfrentarse con sus patrones? ¿Qué tiene que hacer alguien si quiere tener un mejor salario, o lograr un ascenso laboral? ¿Cómo el ejemplo de José, Esther, Mardoqueo, Daniel y sus tres compañeros, nos pueden ayudar a obtener un cargo de autoridad?