Lectura de estudio. 1 Timoteo 5:1-2.
1 No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; 2 a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza.
¿Cómo debía tratar Timoteo a los hermanos de la iglesia?
Timoteo era más que pastor de una iglesia, era ministro de la familia de Dios. Por haber recibido a Cristo, ahora “somos hijos de Dios” Juan 1:12, y formamos parte de la gran familia celestial. “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios” Efesios 2:19. El joven Timoteo (ministro) debía aprender a tratar a su familia espiritual (la iglesia es la familia del obispo, anciano, diácono, o líder) le indica que debe evitar reprender (corregir, regañar, amonestar) al anciano, Pablo no está hablando aquí del presbítero (anciano), del líder de la iglesia, sino más bien de los hombres de edad avanzada; si era necesario exhortarlos, debía hacerlo con tacto, sutileza y amor, y con mucho respeto, como si le estuviera hablando a su papá.
A los hombres más jóvenes debía aconsejarlos como si fueran sus hermanos, a las ancianas, a las mujeres mayores, debía hablarles como si le estuviera hablando a su mamá, y las jovencitas como si estuviera hablando con sus hermanas. La relación del ministro con las hermanas no sólo debe ser pura sino estar libre de toda posibilidad de tergiversaciones y sospechas. Los ministros jóvenes necesitan especialmente este consejo, pues de continuo se enfrentan a la tentación satánica de la impureza. Si el ministro (anciano, diácono o líder) de Dios ve a las jovencitas de la iglesia como sus hermanas, esto le evitaría en caer cualquier tentación o atracción femenina. La práctica de la regla de oro en la iglesia, Mateo 7:12, permite una armoniosa convivencia entre los creyentes.
Para meditar y reflexionar.
¿Por qué debemos ser atentos, corteses, respetuosos los que ostentamos un cargo de liderazgo en la iglesia? ¿Por qué es importante tratarnos bien entre hermanos?