LOS HOMBRES COMO YO NO HUYEN.

Businessman tired of hearing gossips behind his back, he is walking up the stairs and eavesdropping on conversation of colleagues

Lectura de estudio: Nehemías 6:10-11.

10. Vine luego a casa de Semaías hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, porque él estaba encerrado; el cual me dijo: Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte. 11. Entonces dije: ¿Un hombre como yo ha de huir? ¿Y quién, que fuera como yo, entraría al templo para salvarse la vida? No entraré. 

¿Quién era Semaías y dónde quería encerrarse con Nehemías?

Semaías era hijo de Delaía. Esdras 2:59-62. Los hijos de Delaías se llamarom así mismo sacerdotes, pero cuando se buscó sus nombres en los libros del registro sacerdotal, no pudieron comprobar su linaje y fueron excluídos del sacerdocio. El libro de Nehemías nos enseña que Dios no no se deja llevar por lo que decimos, a él no le impresiona lo que hablamos, sino en lo que hacemos. Jesus dijo: por sus frutos los conoceréis. Mateo 7:16. No es lo que aparentamos, sino lo que somos ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Santiago 3:13. Este Semaías (hijo de Delaía) le dijo a Nehemías reunámonos en la casa de Dios, y cerremos las puertas del templo porque esta noche vienen a matarte. Este perverso usaba la casa de Dios para hacer cosas malas, el diablo es experto en meter gente a la iglesia para destruir la convivencia y detener la obra de Dios. Los que vamos a la iglesia somos constructores y no destructores. Semaías quería atemorizar a Nehemías, quería encerrarlo en el templo para acabar con él, pero Nehemías no se dejó engañar, y le respondió así: Un hombre como yo – dijo Nehemías – no huye, porque no tienen nada que temer y no entró al templo.

PARA PROFUNDIZAR. Hay gente mala como Semaías que solo va a la iglesia a portarse mal. No trabaja, no sirve en la iglesia y no aporta nada para ella, pero como juzga y critica. ¿Qué te mueve ir al templo? Vamos al templo a adorar y no juzar, a servir y no dividir, a orar y no a criticar.