Lectura de estudio: Éxodo 3:10-11.
10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. 11 Entonces Moisés respondió a Dios ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?
¿Qué ordenó Dios a Moisés y qué objeción hizo este?
_____________________________________
Dios dice a Moisés: ahora ve al faraón – al faraón del que tu huiste – y saca a los hijos de Israel. Moisés el fugitivo, se convertiría en Moisés el libertador. No quiero que lo intentes (le dijo Dios), quiero que los saques de Egipto. Moisés cargaba experiencias amargas: rechazo de sus hermanos y prófugo de la justicia, las palabras: “quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros”, retumbaban en su cabeza, tal vez pensó, mi vida es un fracaso, mis hermanos no me aceptaron cuando era el señor en la casa de faraón, ¿Cómo me aceptaran ahora que soy un vil pastor? Porque para los egipcios es abominación todo pastor de ovejas. Génesis 46:34. Las palabras “quién soy yo” es una manera como Moisés escondió sus miedos, frustraciones, e incapacidades, por eso objeta la orden de Divina.
¿Cómo respondió Moisés ante la orden, ven, por tanto, ahora, y te enviaré a faraón, para que saques a mi pueblo de Egipto? ¿Cómo debía responder un fugitivo que huyó de faraón para residir en Madián?
_____________________________________
Moisés estaba desquebrajado internamente, pero Dios se caracteriza por reconstruir vidas rotas. Las palabras “quien soy yo” debían ser confrontadas con las palabras: “Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a faraón para que saques de Egipto … a Israel” . Si Dios eligió a Moisés como libertador, es porque vio capacidad en él para la misión, su rescate del Nilo tenía un propósito, ser el redentor y pastor de Israel. Nadie puede liberar a un esclavo si el mismo no ha sido libre. Los enemigos interiores que traemos ocultos (dentro) de nuestras almas nos atemorizan, despiertan dudas, y afloran en los desafíos. Siempre hay una voz que te dice “no vas a poder, mejor, ni lo intentes”. Dios le dice a Moisés: no te confundas, no te apoyes en ti, no digas “quien soy yo”, sino mejor pregúntate ¿Quién es el Dios que me manda? Éxodo 3:12.
PIENSE EN ESTO. Todos traemos un Moisés interior que nos dice “quien soy yo” pero a pesar de tus dudas e incapacidades, Dios te manda a liberar del Egipto simbólico a muchos que están atados por cadenas espirituales.