ESTUDIO 4 – Dios envía a Moisés a Egipto.
Lectura estudio. Éxodo 3:9-22
ESTUDIO PARA EL DOMINGO – INICIO.
El Midrash Rabá, narra un tierno y hermoso episodio de la vida de Moisés. Episodio que nos revela el inmenso amor que su corazón albergaba y la gran responsabilidad que lo caracterizaba. “Moisés estaba apacentando las ovejas de su suegro Jetro en el desierto, inesperadamente se le escapó un corderito. Moisés, lo tuvo que perseguir hasta un desfiladero donde el corderito se detuvo a beber agua de un manantial que fluía allí. Cuando lo alcanzó, le dijo: No sabía que tu huida se debía a la sed que padecías, debes estar muy agotado. Lo montó sobre sus hombros, y lo regresó al redil. Dijo el Santo y Bendito Sea (es decir, Dios). Por el gran caudal de compasión que alberga tu noble corazón, mereces a apacentar rebaños humanos. Juro que tú serás el pastor de mi rebaño Israel”. (Shemot Rabá II-2)
Introducción
Moisés no fue hasta Horeb por casualidad, Jeremías escribió: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones”. Jeremías 1:5. Estaba escrito que Moisés sería el redentor de los hijos de Israel. Cuarenta años pastoreó las ovejas de su suegro, y ahora había concluido su trabajo de pastor de ovejas para ser pastor de Israel. No hay registro escritural que Dios y Moisés hayan hablado antes, fue en la zarza donde se encontraron. Con el llamado a Moisés se cierra el tiempo profético anunciado, a, Abraham que su descendencia sería esclava en Egipto y oprimida cuatrocientos años. Génesis 15:13. En la visión de “la zarza que ardía y no se consumía” Dios anunciaba la supervivencia de Israel … Dios cuida de su pueblo, y nadie puede destruirlo.